Preguntas que hacerse antes de crear un ecommerce
Canal de venta online, para la empresa física: si o no, vamos a verlo.
Como todo en la vida, si las cosas se hacen por convicción y para mejorar la vida de los demás, es más fácil tomar una decisión.
No puedes negar el gran atractivo que supone el ecommerce para la empresa física. Es un nuevo canal de venta para explotar, una nueva fuente de ingresos o de expansión, una oportunidad de ponerse al día con las tendencias del mercado, pero también es un espacio para la incertidumbre que crea la duda de saber si podremos conectar con el cliente online en este nuevo orden de las cosas.
Si ya es difícil manejarse en el terreno del negocio convencional, el ecommerce no ofrece más facilidades, si no todo lo contrario. Además exige a la empresa un cambio de cultura y de planteamiento de las operaciones, que no todos los negocios están dispuestos a asumir
En esta tesitura, tenemos que preguntarnos si realmente queremos dar el paso por convicción o por inercia.
Si quieres ir en serio debes asumir que las cosas ya no serán como antes y que tienes por delante una etapa de aprendizaje, cambio de cultura y diferenciación y rediseño de tus procesos, de lo contrario la mediocridad de un negocio que no se toma en serio, te pasará factura.
¿Por qué dar el paso al ecommerce?
Quizás deberías empezar por preguntarte por qué razón no debes dar El Paso.
Te voy a ayudar, no debes montar un ecommerce:
- Por que lo hace todo el mundo, o eso te han dicho.
- Por que alguien que conoces o que has visto le ha ido bien, o eso te ha dicho.
- Por que todo el mundo te lo pregunta: ¿Qué todavía no tienes una página web?
- Por que está de actualidad o está en los medios.
- Por que ves a tu competencia y te entran ganas de copiarles.
- En definitiva, por que de manera impulsiva crees que debes montar un ecommerce.
Como verás a continuación, crear una tienda online es una inversión en toda regla y para lanzarte a ello debes creer firmemente en tu proyecto, en tus ideas y en tus posibilidades, apoyándote en certezas o por lo menos en estudios que te garanticen que lo que estás dispuesto a crear es viable o que tiene unas mínimas garantías de éxito, es decir, si tu objetivo es coherente con tus posibilidades, el cliente y la sociedad.
Antes de empezar: medir el alcance
Poner en marcha un canal de venta online, requiere de los mismos sacrificios, recursos y esfuerzos que poner en marcha una tienda física, la única diferencia reside en que la inversión inicial es menor, pero por lo demás, hay pocas diferencias.
Una tienda online no tiene un espacio físico y por lo tanto esa inversión no existe, pero tiene un espacio virtual que debe construirse para que el ecommerce tenga éxito y además ese espacio virtual tiene que estar acompañado, en su caso, por un espacio físico para almacenar y gestionar lo que vendas, al igual que el comercio convencional.
Ese espacio virtual es vital para la venta del producto y la comunicación con el cliente, en muchas ocasiones no se le da la importancia que tiene, ni se le dedican los recursos suficientes en forma de dinero, medios, seguimiento y desarrollo. Un diseño y puesta en marcha de una web tiene un coste, el posicionamiento de la web y su mantenimiento y actualización tienen un coste, el marketing y el desarrollo de marca y productos, requiere inversión y medios.
Todos estos costes vienen determinados por la contratación de estos servicios en función del grado de implicación que asumas para sacar adelante la tienda online, ya que en un momento dado tendrás que invertir en tu canal, ya sea en la fase inicial o en la fase de expansión o en ambas.
Antes de empezar: medir tu compromiso
Medir tu compromiso y también medir el compromiso de tu empresa o de las personas que la integran. Entre otras cosas para comprobar que todo está alineado con tu proyecto y con los objetivos y dispuesto para hacer lo necesario para que salga adelante.
Esto conlleva un proceso de reflexión, acudiendo a la parte humana de los integrantes del proceso, a su capacidad de trabajo, convicción y perfil.
Estas preguntas te pueden ayudar a ti y a tu equipo:
- ¿Cuál es tu nivel de compromiso con tu proyecto?
Crees realmente en el mismo, estás dispuesto a poner toda la carne en el asador o es una especie de experimento “a ver si funciona…”
- ¿Cuánto estás dispuesto a invertir y trabajar?
Una buena manera de saber si te tomas el proyecto en serio es conocer cuánto estás dispuesto a invertir en euros y en horas de trabajo. ¿Invertirías el mismo dinero y esfuerzo, si la nueva tienda en lugar de ser online fuera física?
- ¿Estás dispuesto a tratar de la misma manera a la parte física y a la online del negocio?
Cuántos recursos humanos y técnicos estás dispuesto a poner sobre la mesa para apoyar el nuevo proyecto. Cómo has pensado medir el impacto de este en tu empresa. Qué prioridad darás a los problemas que ocasione el canal online.
- ¿Es el cliente lo más importante para ti?
Cómo de importante es para tu empresa el cliente. Estás dispuesto a cambiar tu manera de hacer las cosas en función de lo que exija el cliente, a pensar en dar soluciones y atención a un nivel superior y con un coste determinado. Dejarás que el cliente determine tu modelo de negocio, pagando el precio necesario.
- ¿Cuál será la profundidad de digitalización de tu empresa?
Estás dispuesto a asumir la integración tecnológica que requiere una visión a largo plazo o solo vas a asumir una parte de la digitalización superficial, lo imprescindible para llegar a tus clientes.
Son cinco preguntas inicialmente, pero te invito a que consigas sacar cinco más testeando tu idea con personas ajenas a tu proyecto, a ver que sale, te sorprenderás.
Si lo analizas con detalle, una pregunta lleva a la otra y finalmente componen una fotografía de cual es el nivel de compromiso o cual es el nivel de debilidad ante el mismo. Después toca reflexionar y asumir las partes en las que no estás fuerte y analizar los motivos o razones que te hacen dudar, quizás llegues a la conclusión de que debes dejarlo estar o de que debes replantearte algunas cosas en tu proyecto.
En definitiva se trata de un camino apasionante, que a ti te toca hacerlo rentable y atractivo para tus clientes y tus asociados o empleados. Siempre con la certeza de que es factible y cuenta con el empuje y medios adecuados.
Lánzate a la piscina, por supuesto, pero sabiendo que no es fácil y que según algunos estudios un 80% de los ecommerce no pasan del año de vida, esto es importante, te puede dar una idea de la dimensión y ferocidad del sector.
Los clientes no perdonan los fallos y son altamente infieles a las tiendas.
La competencia es feroz, piensa que cualquiera puede diseñar una web y ponerse a vender online, con más o menos éxito.
La creatividad y los nuevos modelos de gestión de negocio permiten hacer cambios en los productos, estrategias y modelos de negocio a la velocidad de la luz, te puedes quedar tirado en la cuneta en 25 segundos y sin saber que ha pasado.
En definitiva: crea tu proyecto o el proyecto para tu empresa, pero ponte antes el traje de guerra y sobre todo, escucha a tu cliente.
No dudes en buscar apoyo, es muy difícil hacer las cosas solo, existes empresas especializadas en diseño web y marketing y profesionales que te pueden ayudar en temas de SEO y posicionamiento.
Pero en el área de la organización logística de tus envíos y gestión de los mismos cuenta con el apoyo mío a través de FPL, te invito a que nos visites y contactes, hablemos sobre tus planes y sobre cómo hacer feliz a tu cliente.
No olvides compartir y dejar tu punto de vista, lo comentaremos!
Director, formador y consultor de FPL Logística. Autor y creador del presente blog.